Cada espacio tiene sus características y hábitos de uso, así mismo, la calidad de la pintura y los materiales utilizados también influyen en el resultado del trabajo y en la durabilidad de los productos.

Por ejemplo, no se presentará el mismo desgaste en un espacio exterior, expuesto diariamente al sol y lluvia, al contacto con niños pequeños y mascotas, que en un espacio interior en el que habita solo una persona adulta.

En ese sentido, el desgaste de la pintura dependerá de 5 factores principales:

1. El uso que se le da al espacio.
2. Los cuidados que tengan sus habitantes.
3. La preparación previa de la superficie.
4. La correcta disolución de la pintura.
5. La calidad de los productos que se utilicen.

Sin embargo, en términos generales podemos decir que la recomendación es pintar las paredes cada 2 años pues, al pasar este tiempo, el deterioro puede comenzar a ser evidente a través de humedades, quiebres, manchas y otros desperfectos que ninguno de nosotros quiere tener en sus espacios.

Siempre será más económico prevenir que reparar, aunque en algún momento las reparaciones totales sean necesarias, es posible prevenir daños significativos que nos pueden costar mucho más dinero, haciendo los mantenimientos necesarios con frecuencia, con mano de obra calificada y utilizando productos de calidad.

Pintar y renovar nuestros espacios nos ayuda a valorizar nuestros inmuebles, a proteger las paredes de los efectos del deterioro y a mantener un ambiente limpio y agradable que se refleja en nuestro bienestar.

Recuerda acudir a pintores profesionales, expertos en este trabajo, para garantizar una correcta aplicación del producto. De igual manera, verifica que preparen previamente las paredes que vas a pintar ya sea con estuco, lija, o cualquier procedimiento que sea necesario y procura pintar en épocas en las que haya bastante sol y luz para que el secado sea más fácil.

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